EN EL ARMARIO

Otra vez siento cómo mi voz se pierde

entre el apretado nudo que se adueña de mi garganta…

Me encuentro cada vez más lejos de la realidad,

aparentando ser al menos un ápice de luz.

Sueño sin dormir, sin siquiera cerrar los ojos,

el cielo gris alimenta mi melancolía.

El frío de la noche me hace añorar el cobijo de tus brazos,

el sensato calor de dos almas fundidas en un mismo sueño.

Dormir se ha convertido en una recompensa

soñaré contigo…

Observo mi cuerpo inerte,

sediento de ti.

Mi alma vive escondida en el rincón del armario,

esperando que vuelvas.

Los pasos son cada vez más lentos,

con intenciones de no seguir más…

Mis ojos agonizan por una lágrima,

el río se ha secado.


La música se detuvo…

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