DÉBIL

Ya no tengo fuerzas.
Mi corazón está a punto de detenerse.
Mi voz se parte en pedazos,
como un frágil cristal que se quiebra
con tan sólo tocarlo...

No tengo otro sentimiento en el bolsillo del pantalón,
este profundo dolor se atraganta de mí
y me siento morir.

Mis lágrimas, en silencio,
se han convertido en la almohada
en la que cada noche te sueño.

Me guardaré en el cajón de la memoria
el grato momento de disfrutar el silencio
contigo entre mis brazos.

Quiero gritarle a todos lo mucho que te amo,
pero ese interminable dolor que me asfixia
no me deja ni siquiera respirar.

Ya no tengo fuerzas para poner de pié al corazón
que ha intentado muchas veces rehabilitarse...
me he quedado con la mirada vacía,
con un beso en la mejilla
y mis ganas de amarte.

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