Que la melancolía se acabe y regresen las sonrisas,
para iluminar mis días, para tenerte aquí.
Que la tristeza se aleje a donde no pueda volver,
porque te soy incondicional, porque necesito de ti.
Que los enojos simplemente se olviden,
para poder abrazarnos, en una tarde sin fin.
Que las lágrimas se agoten,
para no confesarle mis miedos a la pared.
Que la compañía tuya y mia
sea el epicentro de nuestra amistad.
Que el dolor se diluya por las noches,
para amanecer con la certeza de que confias en mi.
Que se acabe mi tiempo,
para ya no pensar en ti.
Que se apague la luz,
para no cuestionar si me extrañas.
Que se borre mi memoria,
para no saber que te conocí.
Que mi corazón se detenga,
para que no vuelva a latir por ti.
Que no haya lunas, ni amaneceres,
ni tiempo, ni espacio, ni alma, ni mente...
Para dejar de amarte así.
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