DESPEDIDA

Camino por las calles que no tienen nombre,

suplicándole al pavimento que se atragante de mi.

Los pasos que alguna vez acompañaste ahora se pierden en la inmensa soledad.

La pasión que nos unía ahora es de alguien más.

¿Por qué esperaste tanto tiempo para decirme adiós?

Ahora que no tengo lágrimas, la mirada habla por sí sola.

La tristeza y melancolía de no saberte mía se vuelven a volcar en mi.

La distancia se adueña de nuestros horizontes.

En un abrir y cerrar de ojos la suerte de encontrarte se diluye en la nada.

Mis manos vacías de ti piden un adiós.

El calor citadino no toca mi alma porque se ha quedado congelada de tanto amar.

Ya no puedo suplicarte que vuelvas,

sé que no lo harás.

Y me dices adiós con tan sólo unas palabras,

sin sonrisas ni miradas…

Simplemente te vas.

*GRACIAS POR HABERME HECHO UNA PERSONA ENVIDIABLEMENTE FELIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario