Tengo la nariz fundida de tanto oler mentiras,
De respirar tanta esperanza.
Se me secaron los ojos,
Y me duelen las costillas de tanto latido del corazón.
Se me cansaron los pasos.
Y la espalda me reclama por haber suspirado tanto.
Se me apareció la melancolía.
Y me reveló la realidad.
Tengo tanta desilusión acumulada…
Que hasta tengo para dar.
Mis manos tienen sed de justicia.
De valor y de caricias.
Tengo hambre de cariño
Y prisa por sanar.
- Julho -
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